Defund police: cambiar el modelo de la policía de EE.UU.

Datos sobre el presupuesto de la policía en doce jurisdicciones (Informe del Center for Popular Democracy)

Los disturbios que siguieron a la muerte de Goerge Floyd se extendieron desde Minneapolis a muchas ciudades estadounidenses en torno a la demanda de recortar la financiación de los departamentos de policía.

De hecho, el lema "Defund Police" cobra cada vez más fuerza entre quienes protestan y recuerdan el entrelazamiento que se ha consolidado en los últimos decenios entre las formas cada vez más omnipresentes y agresivas de la policía urbana -especialmente hacia los jóvenes, las categorías marginales y las minorías- y el continuo crecimiento de los gastos de los departamentos de policía (no tanto en personal como sobre todo en equipos de estilo militar y tecnologías de vigilancia) en detrimento de los programas sociales y educativos.

El Center for Popular Democracy ha calculado el porcentaje del presupuesto municipal para la policía de muchas ciudades americanas y ha revelado que en los últimos treinta años, tanto a nivel nacional como local, los gobiernos han incrementado drásticamente el gasto en seguridad urbana y en el campo penitenciario recortando las inversiones en infraestructura básica, seguridad social y programas de prevención. El aumento del gasto público en la policía se confirma en un estudio realizado por el Lincoln Institute of Land Policy's Fiscally Standardized Cities, recientemente recordado por el New York Times. El informe del Centro para la Democracia Popular, que puede consultarse en línea, contiene datos actualizados hasta 2020 y apoya la necesidad de reequilibrar los presupuestos municipales, de los que dependen los organismos policiales no federales, asignando recursos para los jóvenes y las minorías.

Aunque se han obtenido algunos resultados inmediatos (por ejemplo, en Minneapolis, Nueva York y Los Ángeles), es dudoso que los levantamientos sean realmente capaces de revertir el curso de las políticas criminales firmemente apoyadas en muchos años por los ciudadanos. Como dijo Loic Wacquant hace dos décadas, el estado penal ha reemplazado al welfare state y la policía se encarga de tareas y funciones que deberían ser generalizadas entre los diferentes organismos sociales y educativos.

La reforma de la policía implica un programa político que pone en juego el modelo de welfare state. Desfinanciar a la policía podría ser sólo el primer paso, pero no necesariamente el más importante.

Texto traducido en español por el dr. Carlo Bray.